2 de septiembre de 2007

Patronato, el barrio comercial y cosmopolita de Chile




El barrio de Patronato se caracteriza principalmente por la gran variedad de tiendas que se encuentran en el sector. Todo este comercio de ropa y, otras cosas más, empezó hace aproximadamente 50 años, cuando llegaron muchos árabes a vivir a Chile.

En ese tiempo el barrio todavía era residencial y no habían tiendas de ningún tipo. Las casas eran de estilo colonial y el lugar muy tranquilo. Con el tiempo los nuevos habitantes llegados del Medio Oriente comenzaron a abrir tiendas y vender, sobre todo, telas. En muchos casos fue así, llegaba un miembro de la familia, abría un negocio y si todo salía bien el resto de la familia llegaba algún tiempo después.

Así fue como de a poco, Patronato se llenó cada vez más de árabes y sus tiendas. Con el tiempo también se estableció la cultura árabe. En el sector se encuentran dos iglesias cristianas-ortodoxas, que fueron fundadas por llegados del Medio Oriente en su tiempo. La comida árabe también se puede encontrar mucho en ese sector de Santiago. Con el tiempo los negocios en el barrio comenzaron a mejorar cada vez más, por lo que los propietarios, mayormente de origen árabe, comenzaron a arrendar sus tiendas y dejaron de trabajar ellos mismos. Ahí es cuando aparecieron muchos chinos, que se hicieron cargo del negocio. Todo se llenó de tiendas, hasta que finalmente quedó como está hoy. Una tienda chica al lado de la otra. Las calles llenas de personas paseando, comprando o vendiendo. Por lo general ya no se venden solamente las telas, sino, más que nada, la moda del momento o películas pirateadas.

Cada cierto tiempo aparecen y desaparecen vagabundos, que se pasean tratando de conseguirse algo de comer o algunas monedas. Claro que muy pocas personas no los toman en cuenta. La mayoría camina apurada y concetrada en encontrar lo que busca para así salir de las calles llenas. En todas partes hay vendedores gritando los precios de sus productos y tratando de convencer a los pasantes de comprar sus mercancias. Cuando las multitud de personas comienza a desaparecer se puede ver, que gran parte de los edificios están viejos y descuidados. Las calles están llenas de basura y tienen un aspecto sucio y desolado.
Paloma Urresti Mertens

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